Voy con mi casa al hombro,
camino sin tener patas,
y voy marcando mi huella
con un hilito de plata.

En alto vive, en alto vuela, en alto toca las castañuelas.

Adivina, adivinanza ¿cuál es el ave que pica en la granja?

Te doy leche y mi lana, y para hablar digo: «beeeee», si no adivinas mi nombre yo nunca te lo diré.

Es tan grande mi fortuna que estreno todos los años un vestido sin costura, de colores salpicado.

Adivina quien yo soy: al ir parece que vengo, y al venir, es que me voy.

¿Cuál será aquel animal que rebuzna y no es borrico; en la cara, en el hocico y en el cuerpo es casi igual; que trabaja irracional, que lo que come merece, tiene de burro la cara, no es borrico y lo parece?

Cargadas van, cargadas vienen y en el camino no se detienen.

Cuando nada en los ríos parece un tronco flotante, pero si muestra sus dientes todos huyen al instante.

Alto, altanero, gran caballero, gorro de grana, capa dorada, espuelas de acero.

Salta y salta, y la colita le falta.