Un campo bien labrado
no gasta reja ni arado.
más adivinanzas de cosas de la casa...
Soy de cabeza redonda y me sostengo en un solo pie. Soy de tal fortaleza que a Dios hombre sujeté.
Es un campo colorado con los surcos muy derechos; muy en alto está situado e inclinado de dos lados.
Aunque de comida voy cargado, la gente me vacía, y nunca soy tragado.
Durante el verano escondido, en el invierno encendido.
¿Quién pensaréis que yo soy, que cuanto más y más lavo, mucho más sucia me voy?
Estoy dentro de él y no puedo entrar en él.
Aunque tengo cuatro patas, yo nunca puedo correr, tengo la comida encima, y no la puedo comer.
No soy el sol, tampoco el fuego; pero la casa bien que caliento.
Que timbre y número tenga y en verdad portal no sea es cierto, y el que desea hablar por él, no lo cuelga.
Puede ser de Persia, puede ser de Ana, por más que se enrolle, se ve en la ventana.