adivinanzas para niños

Un bulto veo venir,
sus pasos no hay quien los cuente,
y, cuando se acerca a mí,
meto mi cuerpo en su vientre.

 

más adivinanzas de la ciudad y la calle...

Le hacen correr sus caballos y nunca le salen callos.

Tengo muchos pares, te los puedes probar, pero si te los llevas, tendrás que pagar.

Mido telas y estaturas, pero, a veces, en ciudades, sin humos y sin candelas, llevo gente en cantidades.

Un bulto veo venir, sus pasos no hay quien los cuente, y, cuando se acerca a mí, meto mi cuerpo en su vientre.

Zapatos de goma, ojos de cristal, con una manguera lo alimentarás, dentro del garaje lo sueles guardar.

Alta y delgada, cabeza brillante, ilumina de noche a los caminantes.

Vivo entre dos muros que no pueden verse y aunque no me doblo me dobla la gente.

Me llegan las cartas y no sé leer y, aunque me las trago, no mancho el papel.

Todos me pisan a mí, pero yo no piso a nadie; todos preguntan por mí, yo no pregunto por nadie.

Por caminitos de hierro, el gusano de metal, en su barriga transporta la gente por la ciudad, llevándola por un túnel en completa oscuridad.