¡Tilín, Tilán!, en las procesiones,
¡Tilín, Tilán!, las fiestas animan
¡Tilín, Tilán!, todos los domingos,
¡Tilín, Tilán!, nos llaman a misa.

Si queréis saber, señores, cómo se llama mi majo, acordaos de aquel ángel que tiene al diablo debajo.

No era mona, ni era pillo, y a la Iglesia daba brillo cuando pasaba el cepillo.

No soy ave ni pez, ni soy una cosa rara, y sin ser ave ni ser nada, soy ave y nada al revés.

¿ A qué reyes me refiero, que a Belén fueron guiados por una estrella de Oriente, llevando oro y presentes y encontraron a otro Rey, recién nacido en el suelo? ¿A qué reyes me refiero?

¡Tilín, Tilán!, en las procesiones, ¡Tilín, Tilán!, las fiestas animan ¡Tilín, Tilán!, todos los domingos, ¡Tilín, Tilán!, nos llaman a misa.

Qué hora es en que rezamos, duerme el sol tras los oteros, y se entristecen los amos pero no los jornaleros?

Yo fui el primer hombre y, aunque lo que digo te asombre, es nada, al revés, mi nombre.

Verás una Virgen bella, madre de su propio Padre, y aunque es verdadera madre no deja de ser doncella.

Son tres y vienen de Oriente, con camellos hacia Belén. ¿Quienes son ?.

¿Cuál es el uno que es tres y estos tres si los contares, aunque son nones son pares?