adivinanzas para niños

Sin vacación en sus cursos,
al principio son pequeños,
suelen nacer en montañas
y morir de marineros.

 

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Desde el día en que nací, corro y corro sin cesar: corro de noche y de día hasta llegar a la mar.

Es una enorme naranja pero de zumo salado, los gajos se le suponen entre un par de meridianos.

Lomos y cabeza tengo y aunque vestida no estoy, muy largas faldas mantengo.

Nicanor tenía un barco y con él surcaba el río; ¿era este un barco pequeño o este era un gran navío? Lee despacio, Encarnación, y hallarás la solución.

Son mis colores tan brillantes que el cielo alegro en un instante.

Vuela en el aire, pace en la tierra, se posa en los árboles, anda en la mano, se deshace en el horno y se ahoga en el agua.

No soy estación del Metro ni soy estación del tren, pero soy una estación donde mil flores se ven.

Nazco y muero sin cesar; sigo no obstante existiendo, y, sin salir de mi lecho, me encuentro siempre corriendo.

No ves el sol, no ves la luna, y si está en el cielo no ves cosa alguna.

En el campo soy hallada y al fuego alimento. Donde quiera que soy llevada, es para darme tormento.