Sin salir de su casa
por todos los sitios pasa.

Teje con maña, caza con saña.

Mi reinado está en el mar, soy de peso regordeta; un día, siglos atrás, me tragué entero a un profeta aunque luego lo expulsé al pensar que estaba a dieta.

Piensa poco y salta mucho, dime su nombre que no te escucho.

Soy sabia y no tuve escuela para mí no hubo doctrina soy maestra de cocina y cocino sin candela.

Anda, nada, vuela, no gasta zapato, va dejando estela.

Animal soy, desde luego; me llaman el jorobado, y que tengo cuatro patas, ya se da por descontado.

Chao, chao, rabito «alzao».

Mil damas en un camino sin polvo ni remolino.

Tiene ojos de gato y no es gato, orejas de gato y no es gato; patas de gato y no es gato; rabo de gato y no es gato, maúlla y no es gato.

Una pata con dos pies, ¿es cosa que puede ser?