Sin ella en la mano
ni entras ni sales,
ni vas a la calle.
más adivinanzas de cosas de la casa...
Sin ella en la mano ni entras ni sales, ni vas a la calle.
Me compran para dormir y me encanta sacudir. ¿Qué soy?
Los tejados protejo y buenas canales dejo.
De nada me sirven, estas cuatro patas, que quieta estoy siempre, sobre mí, el durmiente.
Hay un hijo que hace nacer a la madre que le dio el ser.
Aunque músculos no tengo, los techos yo sostengo.
Como conoce la clave, gira por su laberinto y deja entrar al recinto.
Soy liso y llano en extremo, y, aunque me falta la voz, digo en su cara a cualquiera la más leve imperfección; contesto al que me pregunta sin lisonja ni aflicción, y si mala cara pone, la misma le pongo yo.
Cabecita fría la noche haces día cuando te restriego, cabeza de fuego.
Cuatro patas tiene y no puede andar también cabecera sin saber hablar.