¡Que sí!
que me crece la nariz
al mentir
¡ay de mí!
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Yo fui el primer hombre y, aunque lo que digo te asombre, es nada, al revés, mi nombre.
Mi padre me llevó al bosque y el camino señalé marcándolo con piedrecitas para así poder volver.
Ella no tiene pies, y si te descuidas, parece un pez.
No tuvo padre ni madre, cuando nació ya era un hombre, tiene muchos descendientes y todos saben su nombre.
Con su caballo y con su escudero sale por la Mancha este caballero. Quiere justicia, busca aventuras y encuentra palos y desventuras.
¡Que sí! que me crece la nariz al mentir ¡ay de mí!
De rojo me cubro sin ser amapola, mi abuela y el lobo completan la historia.
Echo fuego por la boca, espanto por donde voy, ¡ten cuidado!, al que se equivoca, le echa fuego por la boca.
¡Qué suerte tiene esta señorita!, que tiene una varita, y cuando la agita, te convierte en princesita.
Escudero regordete, a su Señor acompaña, envuelto en mil aventuras por los campos de la Mancha.