Poseo dientes y ojos
y para hacerme trabajar
me has de meter en cerrojos.
más adivinanzas de cosas de la casa...
Ruedo y ruedo, y en los bolsillos me quedo.
No soy el sol, tampoco el fuego; pero la casa bien que caliento.
Cuerpo de palo, cabeza de color, me encienden con cuidado y doy mucho calor. ¿Qué es ?
A la entrada de tu casa algo suena si lo aprietan y tu sales presurosa a abrir deprisa la puerta.
Es una pera colgada que toda la casa alumbra sin tener humo ni llama.
Estoy dentro de él y no puedo entrar en él.
Adivíname ésa.
Pequeña como una pera y alumbra la casa entera.
Con mi cara tan cuadrada, lisa o con dibujitos, resignada y por los suelos, me repito, me repito...
Siempre andamos por el suelo de alcobas y de salones y en historias orientales hasta hacemos algún vuelo.