Aunque al dormir me consultan,
nunca suelo contestar.
Cuanto más se moja,
más te seca. ¿Qué es?
Tengo dientes y no muerdo,
desenredo con cuidado,
caminos abro en tu pelo,
ya sea liso o rizado.
Te lo digo y
no me entiendes,
no tengo boca y
si tengo dientes
La cara que yo acaricio,
dejo de seda al momento,
porque ni un pelo se resiste
a mi marcha, ¡buen invento!
Si me mojas hago espuma,
con ojitos de cristal,
y tu cuerpo se perfuma,
mientras llega mi final.
En los baños suelo estar,
aunque provengo del mar.
Tiene luna,
no es planeta;
tiene marco
y no es puerta.
Soy liso y llano en extremo,
y, aunque me falta la voz,
digo en su cara a cualquiera
la más leve imperfección;
contesto al que me pregunta
sin lisonja ni aflicción,
y si mala cara pone,
la misma le pongo yo.
Muy bonito por delante
y muy feo por detrás;
me transformo a cada instante,
pues imito a los demás.
Quien me mira se refleja
así nadie tendrá una queja.
Es verdad que tú le miras,
es mentira que te ve,
sois iguales uno al otro,
está claro que eres él.
Estoy dentro de él
y no puedo entrar en él.
Cuando te veo me ves,
cuando me ves te veo,
y no te parezco feo.
¿Quién pensaréis que yo soy,
que cuanto más y más lavo,
mucho más sucia me voy?
Dicen que quien lo tiene
es muy gracioso,
se sacude en la mesa
contra lo soso.
Yo tengo calor y frío,
y no frío sin calor,
y sin ser ni mar ni río,
peces en mí he visto yo.
De mi madre nací yo,
sin fundamento de padre,
y luego me he muerto yo
y de mi nació mi madre.
Hay un hijo
que hace nacer
a la madre
que le dio el ser.
Caja llena de soldados,
todos largos y delgados,
con gorritos colorados.
Cabecita fría
la noche haces día
cuando te restriego,
cabeza de fuego.
Cabezón y muy delgado,
que se pone siempre negro,
después de haber sido frotado.
Desde hace miles de años
hemos transportado al hombre;
ahora nos lleva escondidos
en el motor de su coche.