No he de darte más razones,
sin mi perderías los pantalones.
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Aunque las adornamos a ellas cuando no tenemos carreras, la gente tiene manía de no llamarnos enteras.
Me lleváis, me traéis, y si sois nuevos quizás me mordéis.
Tengo cinco habitaciones, en cada una un inquilino, en invierno cuando hace frío, están todos calentitos.
Guardado en invierno, lo luzco en verano, es mi único traje en sitios de baño.
No he de darte más razones, sin mi perderías los pantalones.
Una copa redonda y negra, boca arriba está vacía, boca abajo está llena.
Nuestra dueña nos coloca uno a cada lado, siempre pendientes, siempre colgados.
El pie tapo al instante igual que si fuera un guante.
Chiquito, redondo, barrilito sin fondo.
Me pisas y no me quejo, me cepillas si me mancho, y con mi hermano gemelo bajo tu cama descanso.