Mis caras redondas,
¡qué estiradas son!
a fuerza de golpes,
así canto yo.
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Me rascan continuamente de forma muy placentera, mi voz es muy bien timbrada y mi cuerpo de madera.
Soy bella, soy muy fuerte; cuando hablo todos me oyen y tengo un solo diente que muevo constantemente
Mis caras redondas, ¡qué estiradas son! a fuerza de golpes, así canto yo.
Brazos con brazos, panza con panza, rascando en medio, surge la danza.
Marfil y madera fina, a tocarnos con talento, el que no sabe, no atina.
Zumba que te zumba, se oye mi son, en las noches navideñas, hasta que aparece el sol.
Se toca con dos palillos, sale siempre en la procesión y es un instrumento de percusión.
Con su gran boca y un solo diente desde lo alto llama a la gente.
Cien amigos tengo, todos en una tabla, si yo no los toco, ellos no me hablan
Sobre una piel bien tensada, dos bailarines saltaban.