Mi nombre lo leo,
mi apellido es pardo,
quién no lo adivine,
es un poco tardo.

Sal al campo por las noches, si me quieres conocer, soy señor de grandes ojos, cara seria y gran saber.

Tiene ojos de gato y no es gato, orejas de gato y no es gato; patas de gato y no es gato; rabo de gato y no es gato, maúlla y no es gato.

Dicen que la tía Cuca, se arrastra con mala racha. ¿Quien será esa muchacha?

Trabajar, siempre mucho trabajé; aunque nunca estudié en la escuela me conocen bien; algunos dicen de mí: «terco bicho es» y Pinocho mucho se asustó cuando en mí casi se convirtió.

Dos pinzas tengo, hacia atrás camino, de mar o de río en el agua vivo.

Su padre relincha con pésima voz, su madre rebuzna y suelta una coz.

Cargadas van, cargadas vienen y en el camino no se detienen.

¿Qué animal de buen olfato, cazador dentro de casa, rincón por rincón repasa y lame, si pilla, un plato?

¿Quién es el animal que come con las patas?

A la orilla de los ríos, croan sin meterse en líos, saltos dan, mas no son osos sino animales verdosos.