Mi fruto es el dátil,
mi hoja la palma,
que la vemos mucho
por Semana Santa.

Entre col y col lechuga, entre lechuga, una flor, que al sol siempre está mirando, dorándose a su calor.

Mi nombre es de peregrino y tengo virtud notable, me encuentras en los caminos y mi olor es agradable.

Me desnudan cuando hace frío y me visten en el estío.

Siempre mirando al sol y no soy un caracol. Giro y giro sin fin y no soy un bailarín.

Siempre se muere escondida sin dar guerra, por dar a otros su vida bajo tierra.

Está en el edificio, también en la maceta, la llevas en el pie, la coges en la huerta.

Antes éramos lozanas, en el estío, verdillas, ahora el viento nos lleva de un lado a otro, amarillas.

Sin el aire yo no vivo; sin la tierra yo me muero; tengo yemas sin ser huevo, y copa sin ser sombrero.

Verde soy, verde seré, no me toques que te picaré.

Dime tú que cosa maja. Cuanto más crece más baja.