Fui a la plaza
y compré un negrito.
Llegué a la casa
y se puso coloradito.
¿Qué es?
más adivinanzas de cosas de la casa...
Una señorita de carnes muy blandas, que sin ser enferma siempre está en la cama.
De nada me sirven, estas cuatro patas, que quieta estoy siempre, sobre mí, el durmiente.
Soy liso y llano en extremo, y, aunque me falta la voz, digo en su cara a cualquiera la más leve imperfección; contesto al que me pregunta sin lisonja ni aflicción, y si mala cara pone, la misma le pongo yo.
Es tu favorita cuando sientes frío; la encuentras escrita en el verso mío.
En un cuarto me arrinconan sin acordarse de mí, pero pronto van a buscarme cuando tienen que subir.
Tiene agua y no es botijo, está siempre en el jardín. Cada vez que se enrosca, aunque no espanta a una mosca tiene pinta de reptil. ¿Qué será?
Es una pera colgada que toda la casa alumbra sin tener humo ni llama.
Cuanto más se moja, más te seca. ¿Qué es?
Aunque de comida voy cargado, la gente me vacía, y nunca soy tragado.
Sale de la sala, entra en la cocina, meneando la cola como una gallina.