En lo más alto me ponen
para que el aire me dé.
El aire me zarandea,
Y siempre lo miro a él.
más adivinanzas de cosas de la casa...
Cabecita fría la noche haces día cuando te restriego, cabeza de fuego.
La cara que yo acaricio, dejo de seda al momento, porque ni un pelo se resiste a mi marcha, ¡buen invento!
Dicen que tiene y no tiene, mucho pincha, poco retiene.
¿Qué cosa es si hace espuma, lava la ropa y huele muy bien?
Aunque al dormir me consultan, nunca suelo contestar.
Golpe va, golpe viene y en su puesto se mantiene.
Como conoce la clave, gira por su laberinto y deja entrar al recinto.
Soy liso y llano en extremo, y, aunque me falta la voz, digo en su cara a cualquiera la más leve imperfección; contesto al que me pregunta sin lisonja ni aflicción, y si mala cara pone, la misma le pongo yo.
Que timbre y número tenga y en verdad portal no sea es cierto, y el que desea hablar por él, no lo cuelga.
Cuatro patas tiene, así como asiento; de ella me levanto y en ella me siento.