Dos buenas piernas tenemos
y no podemos andar,
pero el hombre sin nosotros
no se puede presentar.
más adivinanzas de ropa y vestuario...
Santa con nombre de flor, y, a pesar de este retrato, me confunden con zapato.
Se pone para dormir, aunque no es un camisón, puede ser de lana, seda o algodón.
Con varillas me sostengo y con la lluvia voy y vengo.
Ahí vienen dos: uno se moja y el otro no.
Soy de piel o paño gordo y me adhiero a tu cuerpo, para que no pases frío cuando llega el invierno.
No he de darte más razones, sin mi perderías los pantalones.
Nuestra dueña nos coloca uno a cada lado, siempre pendientes, siempre colgados.
Mi ser por un punto empieza, por un punto ha de acabar, el que mi nombre acierte sólo dirá la mitad.
Con dos patas encorvadas y dos amplios ventanales quitan sol o dan visión según sean sus cristales.
Tienen justo cinco dedos como la mano; se rellenan en invierno, se vacían en verano.