Corre más que un ciclista,
nunca da marcha atrás,
si lo pierdes de vista,
¡cómo envejecerás!
más adivinanzas sobre el tiempo...
Soy un caballero muy aseñorado, tengo doce damas para mi regalo, todas van en coche y gastan sus cuartos, todas usan medias, pero no zapatos.
Son doce hermanas y todas gastan medias y, aunque, van numeradas todas son cantadas.
Brazos tengo desiguales y a mi ritmo se mueven los mortales.
Estoy condenado a un año y un día; si esto es cada cuatro, ¿mi nombre, sabrías?
Te indica el día, te indica el mes, te indica el año. Dime ¿qué es?
Quién es un viejo ligero, que es de cuatro movimientos puestos en doce cimientos, que, a cualquier pasajero, da más penas que contentos.
Unas surgen con la luna, a otras las alumbra el sol, todas juegan al corro y todas hermanas son.
Cuando apenas he nacido, mi vida se acaba al punto; aunque no soy el primero, lo sigo por todo el mundo.
Doce son los hermanitos, uno es el benjamín, siete son los mayorcitos y los cuatro restantes los más pequeñitos.
Para unos soy muy corto; para otros, regular; para los tristes muy largo; para Dios, la eternidad.