Quién es un viejo ligero,
que es de cuatro movimientos
puestos en doce cimientos,
que, a cualquier pasajero,
da más penas que contentos.
Te indica el día,
te indica el mes,
te indica el año.
Dime ¿qué es?
Me hallo en los escritorios
y en las casas comerciales,
todos me miran quien soy
para ver lo que contengo.
Mis días están contados
y el día que voy a morir
ya se sabe de antemano.
Dos hermanas en la plaza,
ambas marchan a la par,
si una da doce vueltas,
la otra una, nada más.
Juntos dos en un borrico,
ambos andan a la par,
doce leguas anda uno
y una el otro nada más.
En un castillo redondo,
doce caballeros
de guardia están;
un flaco lancero
y un gordo escudero,
marchan al compás.
Soy un caballero muy aseñorado,
tengo doce damas para mi regalo,
todas van en coche y gastan sus cuartos,
todas usan medias, pero no zapatos.
Una cara con dos manos
pegada está a la pared.
Antes de un minuto, hermanos,
¿sabréis decirme quién es?
Brazos tengo desiguales
y a mi ritmo se mueven los mortales.
Tengo agujas y no sé coser,
tengo números y no sé leer.
Tiene agujas y no cose,
no se mueve, pero anda,
si le das cuerda funciona
y el paso del tiempo señala.
Corre más que un ciclista,
nunca da marcha atrás,
si lo pierdes de vista,
¡cómo envejecerás!
¿Qué cosa, qué cosa es?
que vuela sin tener alas,
y corre sin tener pies.
Para unos soy muy corto;
para otros, regular;
para los tristes muy largo;
para Dios, la eternidad.