En un rincón de la clase,
dónde yo estoy colocada,
acudes con los papeles
que no te sirven de nada.
Muy a menudo me ves,
piensa un poco con astucia.
Cuando estoy negra, estoy limpia,
cuando estoy blanca, sucia.
Abierta siempre estoy
para todos los niños,
y cerrada,
los sábados y domingos.
Una dama blanca,
por un campo negro,
anda que te anda
y el campo se llena
de blancas pisadas.
Colgada en la pared me tienen
y con la tiza me hieren.
Muy a menudo la ves,
piensa un poco con astucia,
cuando está negra, está limpia,
cuando está blanca, está sucia.
Almacén de historias rotas
dicen muchos que yo soy
y en colegios y oficinas
por los rincones estoy.
Un valiente domador
que tiene la intrepidez
de enseñar a la niñez.
Abierta siempre estoy
para todos los niños.
Cerrada y triste me quedo
los domingos.
A ti acudo,
en ti maduro,
trabajo y estudio
para el futuro.
Niños y niñas
con sus profesores,
pupitres y sillas,
pizarras y flores,
libros y cuadernos,
tizas, borradores,
muchos lapiceros
de varios colores.
Allí tu vas.
¿Lo adivinarás?
Entra el estudioso,
nunca el holgazán,
va buscando libros
que allí encontrará.