Vive en la panza
y se enseña en ciertas danzas.
Si los abro veo
si los cierro sueño.
En un huerto no muy llano
hay dos cristalinas fuentes,
no está a gusto el hortelano,
cuando crecen las corrientes.
Dos niñas asomaditas,
cada una a su ventana,
lo ven y lo cuentan todo,
sin decir una palabra.
Dos fuentes muy cristalinas
están en medio de un llano
y cuando las fuentes manan
no está muy contento el amo.
Tengo un tabique en el medio
y dos ventanas a los lados
por las que entra el aire puro
y sale el ya respirado.
Si aciertas esta pregunta,
te anotarás un buen tanto:
¿qué cosa acabada en punta
tienes entre risa y llanto?
Cinco hijitos tiene cada una
y dan tortazos como ninguna.
Entre dos murallas blancas
hay una flor colorada,
que con lluvia o con buen tiempo,
está siempre bien mojada.
Una señora,
muy enseñoreada,
siempre va en coche
y siempre va mojada.
Guardada en estrecha cárcel
por soldados de marfil,
está una roja culebra,
que es la madre del mentir.
¿Quién seré yo que encerrada
soy donde quiera que voy,
me encuentro siempre mojada
y al cielo pegada estoy.
Uno se cree superior,
el otro inferior se siente,
sin decirse nunca nada,
mucho se quieren, tanto que,
siempre se están besando.
Dos hermanos sonrosados,
juntos en silencio están,
pero siempre necesitan
separarse para hablar.
Como la piedra son duros,
para el perro un buen manjar,
y sin ellos no podrías
ni saltar ni caminar.
Aunque sepas ésto,
mago no serás,
si no sabes dónde,
lo digerirás.
Formamos, como soldados, en una fila
y somos carniceros toda la vida
Cuando sonríes asoman
blancos como el azahar
unas cositas que cortan
y que pueden masticar.
Uno larguito,
dos más bajitos,
otro chico y flaco,
y otro gordazo.
Dicen que son de dos,
pero siempre son de una.
Cinco hermanos muy unidos,
que no se pueden mirar,
cuando riñen aunque quieras,
no los puedes separar.
En la jirafa descuella,
bajo la barba del rey,
lo tiene cualquier botella,
la camisa o el jersey.
Ordenes da, órdenes recibe,
algunas autoriza, otras prohíbe.