Verde fue mi nacimiento
y amarillo fue mi abril;
tuve que ponerme blanco
para poderte servir.
Con «A» empieza mi nombre,
de las damas soy querido,
si me prenden voy seguro,
y, si me sueltan, perdido.
De mi ojo cuelga
un hilo largo,
que une las telas
y hace las prendas.
Pica, picando,
colita arrastrando.
Soy pequeña y afilada
y pincho con mis puntadas.
Soy alta y delgada,
tengo un ojo,
hago vestidos
y no me los pongo.
Primero ciega,
luego pincha
y todo une
mientras camina.