Alta y delgada,
cabeza brillante,
ilumina de noche
a los caminantes.
más adivinanzas de la ciudad y la calle...
Con sólo tres colores ordeno a cada uno. Si todos me respetan no habrá accidente alguno.
Ciudadano muy mirado, moderno camaleón, subido en tu árbol, cambias de color.
Un bulto veo venir, sus pasos no hay quien los cuente, y, cuando se acerca a mí, meto mi cuerpo en su vientre.
Mido telas y estaturas, pero, a veces, en ciudades, sin humos y sin candelas, llevo gente en cantidades.
Tengo muchos pares, te los puedes probar, pero si te los llevas, tendrás que pagar.
Todos me pisan a mí, pero yo no piso a nadie; todos preguntan por mí, yo no pregunto por nadie.
Zapatos de goma, ojos de cristal, con una manguera lo alimentarás, dentro del garaje lo sueles guardar.
Alta y delgada, cabeza brillante, ilumina de noche a los caminantes.
Me llegan las cartas y no sé leer y, aunque me las trago, no mancho el papel.
El que la tenga que la atienda y si no lo mejor es que la venda.