Alto, alto, como un pino,
pesa menos que un comino.
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En mí se mueren los ríos, y por mí los barcos van, muy breve es el nombre mío, tres letras tiene no más.
Kilómetros mido, hectolitros llevo, kilovatios doy, hectáreas mantengo.
Lleva años en el mar y aún no sabe nadar.
Desde el día en que nací, corro y corro sin cesar: corro de noche y de día hasta llegar a la mar.
¿Qué es, qué es, que te da en la cara y no lo ves?
Nicanor tenía un barco y con él surcaba el río; ¿era este un barco pequeño o este era un gran navío? Lee despacio, Encarnación, y hallarás la solución.
Alto, alto, como un pino, pesa menos que un comino.
Hay un hijo que hace nacer a la madre que le dio el ser.
Como el algodón suelo en el aire flotar, a veces otorgo lluvia y otras, sólo humedad.
Girando toda su vida, toda su vida girando y no aprendió a ser más rápida da una vuelta y tarda un día, da otra vuelta y tarda un año.