Aunque tengo cuatro patas,
yo nunca puedo correr,
tengo la comida encima,
y no la puedo comer.
más adivinanzas de cosas de la casa...
De nada me sirven, estas cuatro patas, que quieta estoy siempre, sobre mí, el durmiente.
Estoy dentro de él y no puedo entrar en él.
En lo más alto me ponen para que el viento me dé, soy guía para los hombres y siempre estoy de pié.
Me compran para dormir y me encanta sacudir. ¿Qué soy?
La cara que yo acaricio, dejo de seda al momento, porque ni un pelo se resiste a mi marcha, ¡buen invento!
Aunque yo nunca me mueva por mí suben, por mi bajan; soy de diversas materias y mi utilidad la halagan.
Una caja en tu casa que te sube y que te baja.
Siempre andamos por el suelo de alcobas y de salones y en historias orientales hasta hacemos algún vuelo.
Tengo dientes y no muerdo, desenredo con cuidado, caminos abro en tu pelo, ya sea liso o rizado.
Los tejados protejo y buenas canales dejo.