Sube llena,
baja vacía,
y si no se da prisa,
la sopa se enfría,
más adivinanzas de cosas de la casa...
Adivíname ésa.
En lo más alto me ponen para que el viento me dé, soy guía para los hombres y siempre estoy de pié.
Yo tengo calor y frío, y no frío sin calor, y sin ser ni mar ni río, peces en mí he visto yo.
Lo usa el tendero para comer, lo lleva entero si sabes leer.
Es una pera colgada que toda la casa alumbra sin tener humo ni llama.
Ya ves, ya ves, tan claro que es. No me la adivines de aquí a un mes.
Con patas y espalda, no se mueve ni anda.
Lámina que no se ve y nos protege del viento. Aunque la atraviesa el sol, se empaña con el aliento.
En el campo fui nacida, vestida de verdes ramas, y al pueblo me trajeron, para servir a las damas, a mí todo me regalan, caramelos, miel, melada, mas yo todo lo reparto, porque no sé comer nada.
Aunque tengo cuatro patas, yo nunca puedo correr, tengo la comida encima, y no la puedo comer.