Sal al campo por las noches,
si me quieres conocer,
soy señor de grandes ojos,
cara seria y gran saber.

Donde nadie sube, trepo, donde nadie anda, trisco, muy poco estoy en el valle, pues lo mío son los riscos.

Soy un animal patoso, y cuento con muchas patas; pero, en cambio, sólo tengo un pico y un par de alas.

¿Quién es el que hace, ya le pregunten o no, con la cabeza que sí y con la cola que no?

Canta cuando amanece y vuelve a cantar cuando el día desaparece.

¿Qué clarín suena en la noche que a todos desvela al punto? No es soldado, ni marino, ni músico de conjunto.

Lo mismo que un galgo valgo, su retrato soy y amigo, y si por el campo salgo, las liebres mucho persigo, y es cierto que no soy galgo.

Aunque no soy florista trabajo con flores y por más que me resista el hombre arrebata el fruto de mis labores.

Estudiante que estudias a la luz de la luna ¿qué animal tiene alas, pero no tiene plumas?

Topó mi padre en la iglesia con uno vestido de negro, ni era fraile, ni era cura, que era lo que dije primero.

En el estanque me admiran, por mi elegancia y belleza tengo cuello largo y fino y muy bonita cabeza.