Es tu favorita
cuando sientes frío;
la encuentras escrita
en el verso mío.
más adivinanzas de cosas de la casa...
Poseo dientes y ojos y para hacerme trabajar me has de meter en cerrojos.
Un barbecho bien labrado, ni entra mula, ni entra arado.
Cuando la entrada yo les prohíbo, son muchos golpes los que recibo.
Adivíname ésa.
En el campo fui nacida, vestida de verdes ramas, y al pueblo me trajeron, para servir a las damas, a mí todo me regalan, caramelos, miel, melada, mas yo todo lo reparto, porque no sé comer nada.
Que timbre y número tenga y en verdad portal no sea es cierto, y el que desea hablar por él, no lo cuelga.
Cuatro patas tiene y no puede andar también cabecera sin saber hablar.
Como conoce la clave, gira por su laberinto y deja entrar al recinto.
Aunque al dormir me consultan, nunca suelo contestar.
Durante el verano escondido, en el invierno encendido.