En dos castañuelas voy encerrado
y al sacarme del mar me pongo colorado
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Ella no tiene pies, y si te descuidas, parece un pez.
Tengo tinta, tengo plumas y brazos tengo, además, pero no puedo escribir, porque no aprendí jamás.
Tengo ocho patas cargadas de ventosas, y paseo por las rocas, meciéndome en las olas. ¿Quién soy?
Soy el que jamás descansa y va y viene sin cesar. Nunca me puedo secar. Jamás te aburre mi danza. En presencia o añoranza tu siempre me vas a amar.
El padre en el mar y el hijo a rezar.
Ni de día, ni de noche puede mi vela alumbrar, pero cuando sopla el viento muy bien suelo navegar.
Dos pinzas tengo, hacia atrás camino, de mar o de río en el agua vivo.
El que lo pica se hace pez, ¿Quieres que te lo diga otra vez?
Sin estrujarte el testuz y rápido cual centella, ¿sabrás decirme qué estrella nunca jamás tiene luz?
Adivina quien yo soy: al ir parece que vengo, y al venir, es que me voy.