Su padre relincha
con pésima voz,
su madre rebuzna
y suelta una coz.

Piensa poco y salta mucho, dime su nombre que no te escucho.

En alto vive, en alto mora, en alto teje, la tejedora.

Vivo en el mar sin ser pez, y soy siempre juguetón, nunca me baño en el Rhin, pues soy el mismo del fin.

Por más que se suena el moco le cuelga.

Va caminando por un caminito, no tiene alas y va despacito.

A la orilla de los ríos, croan sin meterse en líos, saltos dan, mas no son osos sino animales verdosos.

Mamífero rumiante de cuello alargado, por el desierto, errante, siempre anda jorobado.

Grandes patazas, chicas manitas, lindos colores en mis alitas, salto y no sé dónde caeré.

Todo lo lleva delante, los colmillos para la lucha y la trompa para la ducha.

Adivina quien soy yo. Que al ir parece que vengo, y al venir es que me voy.