Volando en el aire,
y besando las flores,
se pasa su vida,
de luz y colores.
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Cuantas manos le dio el mar a este extraño pasajero que lo quieren contratar para que juegue de arquero ¿quién es?
¿Qué clarín suena en la noche que a todos desvela al punto? No es soldado, ni marino, ni músico de conjunto.
Dos pinzas tengo, hacia atrás camino, de mar o de río en el agua vivo.
De colores verderones, ojos grandes y saltones, tenemos las patas de atrás muy largas para saltar.
¿Quién hace en los troncos su oscura casita y allí esconde, avara, cuanto necesita?
Tiene ojos de gato y no es gato, orejas de gato y no es gato; patas de gato y no es gato; rabo de gato y no es gato, maúlla y no es gato.
Verde como el campo, campo no es, habla como el hombre, hombre no es.
Nunca camina por tierra, ni vuela, ni sabe nadar, pero aún así siempre corre, sube y baja sin parar.
Del fin del estanque vengo, para mirar a los niños, a los cuales entretengo, con saltos, juegos y brincos. ¿Quién soy?
Es la reina de los mares, su dentadura es muy buena, y por no ir nunca vacía, siempre dicen que va llena.
