Tengo alas y pico
y hablo y hablo
sin saber lo que digo.

Adivina adivinador, por las mañanas soy un gran cantor.

Iba una vaca de lado, luego resultó pescado.

Salta y salta por los montes, usa las patas de atrás, su nombre ya te lo he dicho, fíjate y lo verás.

Mientras ella cacarea, él va buscando pelea.

Animal soy, desde luego; me llaman el jorobado, y que tengo cuatro patas, ya se da por descontado.

Cerca del polo, desnuda, sentada sobre una roca, suave, negra, bigotuda.

Voy con mi casa al hombro, camino sin tener patas, y voy marcando mi huella con un hilito de plata.

Me roban mi vestidura porque la fuerza es su ley y visten con mis despojos desde el esclavo hasta el rey.

Si la tienes tú la buscas, si no la tienes, ni la buscas, ni la quieres.

Nace en la dehesa y come en tu mesa.